Los paseos por la playa son muy beneficiosos para nuestra salud pero no se traducen en beneficios para nuestro cabello. Porque si la exposición al sol moderada, racional (y con protección solar, claro) puede resultar beneficiosa para nuestra piel –el sol ayuda a sintetizar vitamina D, fundamental para nuestros huesos, y te pone de buen humor– no lo es, en absoluto, para nuestro cabello.
La luz del sol afecta tanto al color como a la textura del cabello. “Los rayos UV blanquean los pigmentos del cabello, ya sean naturales o teñidos, generando una decoloración inducida que, por lo general, deja el pelo menos vibrante y brillante. Además, los rayos UV también debilitan la estructura de la queratina del cabello, lo que conduce a la sensación de cabello áspero y quebradizo. El cabello dañado por el sol pierde humedad más rápidamente, se siente frágil y se ve opaco.El número de inconvenientes que un día de agua y sol tiene en el cabello puede ir incrementándose porque el salitre del agua del mar deshidrata el cabello con rapidez y porque el cloro oxida su superficie, dejándolo áspero y, en algunos casos, con un matiz ligeramente verdoso especialmente visible en los cabellos rubios.
Dicho esto, parece indispensable actuar con cabeza antes, durante y después de una jornada al borde del mar. Porque todo influye: desde el peinado con el que bajamos a la playa hasta el cuidado posterior que le aplicamos en casa:
2. Una trenza, por favor. Es la alternativa perfecta para bajar a la playa o la piscina: ladeada, a modo de diadema
3. No recojas el cabello con horquillas o gomas de plástico porque podrías romperlo. "Cuando el cabello está mojado está en su estado más débil. Si a esto añadimos el sol, el cloro y la sal, sin duda, está especialmente sensible 4. Usar Spray protector para antes y durante la exposición solar.
5. Usar Champú After Sun que limpia en profundidad y preparar el cabello para la siguiente exposición solar.
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